Si ha habido un equipo de fútbol que ha despertado desde siempre una (sana) envidia, este es sin duda el Athlétic de Bilbao. No solo por la excelente cantera que hasta hace sólo unos pocos años parecía un inagotable surtidor de muy buenos jugadores (hoy en día todo el mundo recuerda a Guerrero, pero yo pienso en los Dani, Sarabia, Rojo, Iríbar, Alexanko, Julito Salinas, ....). Es difícil encontrar un equipo de primera con aspiraciones (incluyendo a los dos grandes) que no tenga o haya tenido un jugador salido de esa cantera. Otro de las cosas han sido envidia admiración es su parroquia, o sea su público. "La Catedral", nombre con el que se conoce a San Mamés, es un campo en el que si juegas bien sales a hombres, aunque lleves el uniforme del equipo contrario. A mi personalmente se me ponen los pelos de punta cuando aparecen esos armarios roperos vestidos de blanco y rojo y con la txpela a la cabeza gritando aquello de Atheeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeetí, mientras que su careto pasa por todos los colores imaginables. Mucho más que cuando ves a los aficionados tarareando el himno nacional en los partido oficiales de nuestra "gloriosa" selección.
Una de las peculiaridades e idiosincrasias de este club es que sólo juegan en su equipo jugadores vascos o navarros, y nadie más. Y esto ha sido así durante toda su historia. A algunos les puede parecer como un club racista, o clasista, a otros como unos chulos sobrados, y a otros simplemente como lo que son: vascos. Y a pesar de restricción que en otra región supondría que el equipo acabaría jugando en cuarta regional, el club tiene un palmarés más que aceptable. El “Athleti” tiene en su haber unas cuantas ligas, incluso hasta hace unos años se le llamaba el rey de copas, por su afán en coleccionar copas del rey (destronado por el Barça por cierto), e incluso diversas participaciones en competiciones europeas incluyendo la Champions, aunque con poca fortuna, todo hay que decirlo.
Todo iba muy bien hasta que apareció un tal Bosman y provocó una revolución en el mundo del fútbol. A causa de su pleito, todos los clubs de fútbol grandes y pequeños han visto como sus alineaciones se han europeizado considerablemente. En principio, para el Athleti, esta sentencia ni le iba ni le venia (vamos como el que "tenía un tío en Graná" que ni tenía tío ni tenía ná). Sin embargo, desde hace unas cuantas temporadas, el equipo flirtea cada vez más descaradamente con los puestos de descenso. No creo que haya que echarle toda la culpa a la famosa sentencia Bosman. También es verdad parece que desde que apareció Guerrero, aunque han salido buenos jugadores, ninguno ha llegado al nivel de éste. Por otro lado, cuando a principios de temporada se repasan las altas y bajas y los gastos en fichajes, el “Athleti” siempre estaba entre los más ahorradores. Más tarde o más temprano, todos estos factores iban a afectar de una forma o de otra en la clasificación de los bravos leones.
Lo más preocupante, pienso, no es que el equipo esté bordeando los puestos de descenso actualmente. Lo que realmente es llamativo es que, si tenemos en cuenta los incidentes del último partido en el que perdieron 0 a 3 frente al Osasuna, los aficionados no parecen tener en cuenta las circunstancias especiales que rodean a su club del alma. Evidentemente, perder no le gusta a nadie (el que dijo aquella tontería de que “lo importante es participar” seguramente era suplente en un equipo de petanca), y plantearse bajar a Segunda a menos que a nadie. Sin embargo, la realidad es muy dura. Tal vez quede muy pintoresco eso de jugar sólo con canteranos, y es una idea muy romántica pensar en un equipo con una alineación en la que todos los nombres y apellidos te suenan, y que encima es capaz de codearse con los grandes a base de grandes dosis de compromiso, garra y por encima de todo testiculina (cojones, vamos, para que decirlo de otra forma).
Pero tal como está el mundo del fútbol hoy en día, el romanticismo te lleva directamente a Segunda División. Y si no, que le pregunten al Sporting, que, aunque no tenía exactamente la misma política de fichajes tan restrictiva, la base del equipo era la cantera, y con la cantera (y algún que otro guiri), llevan en segunda la tira de años en segunda, o que les pregunten también a sus vecinos donostiarras que parece que van marcando el camino hacia el pozo.
Una de las peculiaridades e idiosincrasias de este club es que sólo juegan en su equipo jugadores vascos o navarros, y nadie más. Y esto ha sido así durante toda su historia. A algunos les puede parecer como un club racista, o clasista, a otros como unos chulos sobrados, y a otros simplemente como lo que son: vascos. Y a pesar de restricción que en otra región supondría que el equipo acabaría jugando en cuarta regional, el club tiene un palmarés más que aceptable. El “Athleti” tiene en su haber unas cuantas ligas, incluso hasta hace unos años se le llamaba el rey de copas, por su afán en coleccionar copas del rey (destronado por el Barça por cierto), e incluso diversas participaciones en competiciones europeas incluyendo la Champions, aunque con poca fortuna, todo hay que decirlo.
Todo iba muy bien hasta que apareció un tal Bosman y provocó una revolución en el mundo del fútbol. A causa de su pleito, todos los clubs de fútbol grandes y pequeños han visto como sus alineaciones se han europeizado considerablemente. En principio, para el Athleti, esta sentencia ni le iba ni le venia (vamos como el que "tenía un tío en Graná" que ni tenía tío ni tenía ná). Sin embargo, desde hace unas cuantas temporadas, el equipo flirtea cada vez más descaradamente con los puestos de descenso. No creo que haya que echarle toda la culpa a la famosa sentencia Bosman. También es verdad parece que desde que apareció Guerrero, aunque han salido buenos jugadores, ninguno ha llegado al nivel de éste. Por otro lado, cuando a principios de temporada se repasan las altas y bajas y los gastos en fichajes, el “Athleti” siempre estaba entre los más ahorradores. Más tarde o más temprano, todos estos factores iban a afectar de una forma o de otra en la clasificación de los bravos leones.
Lo más preocupante, pienso, no es que el equipo esté bordeando los puestos de descenso actualmente. Lo que realmente es llamativo es que, si tenemos en cuenta los incidentes del último partido en el que perdieron 0 a 3 frente al Osasuna, los aficionados no parecen tener en cuenta las circunstancias especiales que rodean a su club del alma. Evidentemente, perder no le gusta a nadie (el que dijo aquella tontería de que “lo importante es participar” seguramente era suplente en un equipo de petanca), y plantearse bajar a Segunda a menos que a nadie. Sin embargo, la realidad es muy dura. Tal vez quede muy pintoresco eso de jugar sólo con canteranos, y es una idea muy romántica pensar en un equipo con una alineación en la que todos los nombres y apellidos te suenan, y que encima es capaz de codearse con los grandes a base de grandes dosis de compromiso, garra y por encima de todo testiculina (cojones, vamos, para que decirlo de otra forma).
Pero tal como está el mundo del fútbol hoy en día, el romanticismo te lleva directamente a Segunda División. Y si no, que le pregunten al Sporting, que, aunque no tenía exactamente la misma política de fichajes tan restrictiva, la base del equipo era la cantera, y con la cantera (y algún que otro guiri), llevan en segunda la tira de años en segunda, o que les pregunten también a sus vecinos donostiarras que parece que van marcando el camino hacia el pozo.
Y esto es algo que no parecen tener en cuenta los energúmenos que la liaron el domingo pasado en un templo como es “La Catedral”. Tal vez, a la vista de los acontecimientos, ha llegado el momento de cuestionarse aquello tan conocido de "más vale honra sin barcos que barcos sin honra". Ahora veremos si el típico carácter indómito que ha caracterizado a los vascos a lo largo de su historia acaba superando esta dura prueba. Hay que tener en cuenta que ni los romanos ni los árabes pudieron con ellos. Claro que tampoco hay que olvidar que los romanos traían la esclavitud de por vida, y los árabes el Islam...... será interesante estos inconquistables vascos son también inmunes a los cantos de sirena del euro y son capaces de mantenerse fieles a su idiosincrasia contra viento y marea..... Que haya suerte!!
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