jueves, 1 de marzo de 2007

Ya no hay héroes I

Hace tiempo leí un cuento en el que un militar realiza una buena acción a un viejo que resulta ser un tipo con mucho caracter...un genio o algo por estilo. Agradecido por su generosidad le concede un deseo. El militar, un admirador de los genios estrategas militares le pide conocer al estratega más grande de todos los tiempos. El genio, le pone la mano en el hombro y de repente el militar se encuentra en un lugar desconocido, una calle llena de gente. El militar le interroga: "¿Qué hacemos aquí?", el genio le sonrie y le señala a un hombrecillo que tenían justo delante y en el que el militar ni siquiera se había fijado. Era un pedigüeño que estaba tirado en el suelo. "Te acabo de conceder tu deseo" le dice al militar. "¿Este es el mayor estratega que haya conocido el mundo?". Le preguntó el militar pensando que le estaba tomando el pelo. El genio asintió y le dijo: "Si alguien le hubiera dado la oportunidad, el mundo no se acordaría ahora de Alejandro, Julio César o Napoleón por citar alguno".

Este cuento (o fábula sin moraleja o lo que sea), viene a cuento (valga la redundancia) acerca de la penúltima película de Clint Eastwood, "Baderas de nuestros padres". Una vez terminada pensé dos cosas. Lo primero es que esto de ser héroe parece más bien algo de estar en el sitio adecuado en el momento justo. Y por otro lado, reflexionando sobre conocidas películas (americanas) pensé que es una pena que ultimamente nos estamos olvidando de personajes própios de nuestra histora épica.

No es cuestión de desmerecer o desmitificar actos heroícos que se han producido a lo largo de la historia y que podrían llenar libros enteros, pero sí que es cierto que mientras los ojos del mundo se fijan en una sóla persona, cuántos verdaderos héroes anónimos pasan desapercibidos justamente porque justo en ese momento no hay nadie para contarlo. Y es que da la impresión que el héroe (el personaje heróico) parece más bien un ejercicio de marketing puro y duro.

Visto de esta forma, parece que la figura del héroe no es más que propaganda de doble filo. Por un lado, tener una figura carísmatica de tu lado servía para levantar la moral de los tuyos, al mismo tiempo que para el enemigo era un bajón de moral tener que enfrentarse al héroe.

(Interludio). Me estoy dando cuenta que estoy hablando del "héroe de guerra", cuando en nuestros tiempos tenemos el "héroe deportista", el "héroe estrella del rock", etc. Cuando en realidad el verdadero héroe es el que se levanta cada mañana a las 6 de la matine sin rechistar (o por lo menos murmurando en idomas de imposible traducción, aguanta una caravana de dos horas, es puteado día sí, día también por su jefe y se tiene que tragar lo que verdaderamente piensa de sus compañeros de curro y de los clientes, y luego vuelve a casa (previo paso por otra caravana de más de una hora) y....... mejor me ahorro los detalles de la vida conyugal.

Volviendo al tema que nos ocupa (por lo menos a mí).... Está claro que el principal requisito de un héroe no es realizar un acto heróico, sino más bien que justamente en el momento de realizarlo, haya alguien allí que lo cuente. Pensemos un momento en el famoso Rey David. Sería tan famoso sí justamente en el momento en que le acertó por casualidad al gigantón de Goliath, pasaba por allí uno de los cronistas del "libro más leído del mundo"? Probablemente, no. Es posible que ni siquiera hubiera llegado a rey, mientras en cambio del que lo contó nadie se acuerda.

Uno (de los pocos) que consiguió esquivar el anonimato en esto de narrar gestas fue sin lugar a dudas Homero. Porque, no nos engañemos, la "Iliada" y la "Odisea" no son más que catálogos de propaganda del heroísmo. No creo que se recuerde otra guerra en la que se reunieran tantos héroes juntos (como si fuera un allstar de los tiempos antiguos), Ulises, Ayax I, Héctor, Ayax II, Aquiles..... Aunque éste último es uno de los casos paragdimáticos en los que la propaganda jugó en su contra (también tiene delito llevar armadura en todas partes menos en la que es vulnerable). En otra ocasión hablaré más detalladamente de la guerra de Troya.

No voy a seguir cargándome los mitos de la antiguedad, pero el tema que nos ocupa es que el heroísmo va unido a la propaganda, sin lugar a dudas la propaganda más antigua del mundo. Y lo mejor de todo es que mientras todo el mundo se acuerda del tipo que realiza un acto de estos, nadie se acuerda del que lo cuenta, lo cual me parece muy irónico, ya que el héroe sin el que lo cuenta no sería tal. Pero así es el mundo, mientras unos se llevan las flores, otros caen en el olvido. Y es que todo está mal repartido en esta puñetera vida......

(continuará)

1 comentario:

titiritero dijo...

continuará. si vale, xo cuando?? q razon tienes con lo del all star. a partir de ahora no podre evitar imaginármelos vestidos como jugadores de baloncesto. ya te vale...