jueves, 22 de marzo de 2007

Los tiempos están cambiando


Si ha habido un equipo de fútbol que ha despertado desde siempre una (sana) envidia, este es sin duda el Athlétic de Bilbao. No solo por la excelente cantera que hasta hace sólo unos pocos años parecía un inagotable surtidor de muy buenos jugadores (hoy en día todo el mundo recuerda a Guerrero, pero yo pienso en los Dani, Sarabia, Rojo, Iríbar, Alexanko, Julito Salinas, ....). Es difícil encontrar un equipo de primera con aspiraciones (incluyendo a los dos grandes) que no tenga o haya tenido un jugador salido de esa cantera. Otro de las cosas han sido envidia admiración es su parroquia, o sea su público. "La Catedral", nombre con el que se conoce a San Mamés, es un campo en el que si juegas bien sales a hombres, aunque lleves el uniforme del equipo contrario. A mi personalmente se me ponen los pelos de punta cuando aparecen esos armarios roperos vestidos de blanco y rojo y con la txpela a la cabeza gritando aquello de Atheeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeetí, mientras que su careto pasa por todos los colores imaginables. Mucho más que cuando ves a los aficionados tarareando el himno nacional en los partido oficiales de nuestra "gloriosa" selección.

Una de las peculiaridades e idiosincrasias de este club es que sólo juegan en su equipo jugadores vascos o navarros, y nadie más. Y esto ha sido así durante toda su historia. A algunos les puede parecer como un club racista, o clasista, a otros como unos chulos sobrados, y a otros simplemente como lo que son: vascos. Y a pesar de restricción que en otra región supondría que el equipo acabaría jugando en cuarta regional, el club tiene un palmarés más que aceptable. El “Athleti” tiene en su haber unas cuantas ligas, incluso hasta hace unos años se le llamaba el rey de copas, por su afán en coleccionar copas del rey (destronado por el Barça por cierto), e incluso diversas participaciones en competiciones europeas incluyendo la Champions, aunque con poca fortuna, todo hay que decirlo.

Todo iba muy bien hasta que apareció un tal Bosman y provocó una revolución en el mundo del fútbol. A causa de su pleito, todos los clubs de fútbol grandes y pequeños han visto como sus alineaciones se han europeizado considerablemente. En principio, para el Athleti, esta sentencia ni le iba ni le venia (vamos como el que "tenía un tío en Graná" que ni tenía tío ni tenía ná). Sin embargo, desde hace unas cuantas temporadas, el equipo flirtea cada vez más descaradamente con los puestos de descenso. No creo que haya que echarle toda la culpa a la famosa sentencia Bosman. También es verdad parece que desde que apareció Guerrero, aunque han salido buenos jugadores, ninguno ha llegado al nivel de éste. Por otro lado, cuando a principios de temporada se repasan las altas y bajas y los gastos en fichajes, el “Athleti” siempre estaba entre los más ahorradores. Más tarde o más temprano, todos estos factores iban a afectar de una forma o de otra en la clasificación de los bravos leones.

Lo más preocupante, pienso, no es que el equipo esté bordeando los puestos de descenso actualmente. Lo que realmente es llamativo es que, si tenemos en cuenta los incidentes del último partido en el que perdieron 0 a 3 frente al Osasuna, los aficionados no parecen tener en cuenta las circunstancias especiales que rodean a su club del alma. Evidentemente, perder no le gusta a nadie (el que dijo aquella tontería de que “lo importante es participar” seguramente era suplente en un equipo de petanca), y plantearse bajar a Segunda a menos que a nadie. Sin embargo, la realidad es muy dura. Tal vez quede muy pintoresco eso de jugar sólo con canteranos, y es una idea muy romántica pensar en un equipo con una alineación en la que todos los nombres y apellidos te suenan, y que encima es capaz de codearse con los grandes a base de grandes dosis de compromiso, garra y por encima de todo testiculina (cojones, vamos, para que decirlo de otra forma).

Pero tal como está el mundo del fútbol hoy en día, el romanticismo te lleva directamente a Segunda División. Y si no, que le pregunten al Sporting, que, aunque no tenía exactamente la misma política de fichajes tan restrictiva, la base del equipo era la cantera, y con la cantera (y algún que otro guiri), llevan en segunda la tira de años en segunda, o que les pregunten también a sus vecinos donostiarras que parece que van marcando el camino hacia el pozo.

Y esto es algo que no parecen tener en cuenta los energúmenos que la liaron el domingo pasado en un templo como es “La Catedral”. Tal vez, a la vista de los acontecimientos, ha llegado el momento de cuestionarse aquello tan conocido de "más vale honra sin barcos que barcos sin honra". Ahora veremos si el típico carácter indómito que ha caracterizado a los vascos a lo largo de su historia acaba superando esta dura prueba. Hay que tener en cuenta que ni los romanos ni los árabes pudieron con ellos. Claro que tampoco hay que olvidar que los romanos traían la esclavitud de por vida, y los árabes el Islam...... será interesante estos inconquistables vascos son también inmunes a los cantos de sirena del euro y son capaces de mantenerse fieles a su idiosincrasia contra viento y marea..... Que haya suerte!!

viernes, 16 de marzo de 2007

Ya no hay héroes II

Continuando con el tema del heroísmo que dejé aparcado en doble fila hace unos días, otro de los pensamientos que pasaron por mi mente es que hoy en día recordamos más los héroes americanos (o mejor dicho norteamericanos) que no a los própios. En el fondo, es un ejemplo más de la influencia que ejerce "el amo del mundo" sobre sus súbditos. En gastronomía, por citar un ámbito conocido, comemos más carne de gat.....digo hamburguesas y "fast-food" en general que no las lentejas y potajes de siempre. En mitología o heroismo, nos suenan más nombres como Billy el Niño, Wyatt Earp, Doc Hollyday, el general Custer, o a los defensores del Álamo, que no a nombres más cercanos como Viriato, Gonzalo Fernández de Córdoba, Churruca, Juan Martín Díaz, o lugares como Numancia o el fuerte Baler.

Lo primero y más curioso del caso es que a pesar que los Estados Unidos de América tienen una historia mucho más reducida, sobretodo si lo comparamos con cualquier país de Europa, África o Asia, su maquinaria propagandística (ayudada sobretodo por el cine made in Hollywood) ha conseguido crear un olimpo de héroes própios que ha eclipsado personajes propios muy superiores en gestas.

Porque....vamos a ver, qué mérito tiene un personaje como Billy el Niño, una especie de pistolero muy joven que liquidó a unos cuantos tipos que tuvieron la mala suerte de ponerse delante de su revólver. Lo mismo que Ike Clanton cuyos hermanos y allegados se cruzaron el camino de dos tipos como Wyatt Earp y Doc Hollyday que disparaban primero y preguntaban después. Y en cambio de un pobre pastor de ovejas como Viriato, que recorría tranquilamente las tierras de la Iberia que luego sería conocida como España y Portugal, ya pocos se acuerdan. A lo mejor no tiene tanto mérito derrotar a los generales de la mayor potencia de su época la Roma que acababa de aplastar a los cartagineses, hasta el punto que visto que no podían derrotarlo uno de ellos le otorgó el título de "amigo del pueblo romano", que en latín quiere decir: "como no te podemos derrotar por las buenas te derrotaremos por las malas". O dicho de otra forma, sobornaron a sus lugartenientes para que lo liquidaran. Lo malo es que cuando éstos fueron a cobrar, a un ingenioso senador romano se le ocurrió aquello de "Roma no paga a traidores", que en latín significa: "grácias por los servicios prestados y ahora poned el cuello dentro de la soga".

Y también me dirán que el General Custer era todo un "metrosexual", muy guapito él con sus melenas rubias ondeando al viento pero vamos, que el hecho de liquidar indios (los auténticos norteamericanos por cierto), bajo el lema de "el indio bueno es el indio muerto", y cuyo mayor mérito fue conseguir por primera y casi única vez que se aliaran casi todas las tribus indias de la zona para cortar sus melenitas y seguramente otras partes del cuerpo que no voy a nombrar aquí. Y que por cierto consiguieron en la "famosísima" batalla de Little Big Horn, Pequeño Gran Cuerno en nuestro idioma, donde Custer y casi 300 soldados se dejaron los idem entre otras cosas. Y sin embargo ya nadie recuerda al que fue conocido como "El Gran Capitán", Gonzalo Fernández de Córdoba, militar que ya despuntó durante los últimos coletazos de la toma de Granada y cuyos mayores logros militares los consiguió en Italia, al asegurar el reino de Napoles para los intereses de la corona española y largar de allí a los franceses, a quienes derrotó en múltiples ocasiones. Al mismo tiempo que otros hacían las américas (o mejor dicho las descubrían), él machacó a los gabachos una y otra vez hasta que se aburrieron y se fueron a molestar a otra parte. Incluso se permitió un desaire a su muy "católica" majestad, Fernando (el de tantomontamontatanto...), cuando al requerirle éste las cuentas durante su mandato como virrey de Nápoles, Gonzalo, muy español él, respondió de una forma que deja bien claro como somos: "Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados."

Supongo que a casi todo el mundo le suena "El Álamo" y sus defensores del Álamo, entre los que se encontraban nombres ilustres como Davy Crockett, Sam Bowie o el Coronel Travis, que fueron masacrados por las tropas mexicanas del General Santa Ana mientras en las cornetas pinchaban "degüello". No voy a negar que los tuvieron bien puestos pero las comparaciones son odiosas. Lamentablemente pocos recuerdan la gesta del Fuerte Baler, conocida esta aventura como “los últimos de Filipinas”, donde un puñado de españolitos se atrincheraron en dicho fuerte, y allí aguantaron casi un año contínuos asaltos de los filipinos que querían echarlos de su isla. Tal fue el valor demostrado por los españolitos allí atrincherados, que los veintipocos supervivientes (de los cuales ni yo mismo recuerdo un sólo nombre) fueron recibidos por sus enemigos en formación y con todo el respeto que se ganaron a golpe de machete, bala y lo que se terciara. Con el añadido además que para cuando salieron, hacía meses que se había acabado la guerra. Tal fue su resistencia y obstinación que sólo faltó que bajara Dios del cielo para convencerles que se había firmado la paz. Y en nuestra tierra, ya prácticamente está olvidado el sitio de Numancia, ciudad celtíbera que resistió durante varios años a los romanos. Incluso el vencedor del cartaginés Anibal, Publio Cornelio Escipión, le costó varios meses rendir a la ciudad por hambre y otros derivados, y ante la inminecia de la derrota la mayor parte de los defensores (supervivientes más bien) prefirió el suicidio a la esclavitud romana (más tarde se conoció como “Pax Romana”). De ahí quedó el dicho de defensa numantina, la pena es que pocos saben a qué se debe el dicho.

Y podría contínuar hablando de otros personajes prácticamente olvidados cómo Churruca, por decir un nombre al azar, el cúal antes de partir hacia la derrota de Trafalgar al mando del navío que mandaba (el "San Juan Nepomuceno") escribía a su hermano estas proféticas letras: "Si llegas a saber que mi navío ha sido hecho prisionero, di que he muerto." Y efectivamente cumplió su palabra. Eso sí, hicieron falta seís buques ingleses para conseguirlo.

Como decía, esto se podría alargar, no hasta la eternidad pero sí un buen cacho. Nuestra historia es rica en personajes y hechos como los que he resaltado en estas líneas a modo de pequeña. Y la verdad, tonterias patrióticas al margen, es una pena que poco a poco vayan cayendo en el olvido. Y no dejo de preguntarme qué hubiera pasado si los yanquis hubieran tenido nuestros héroes. Porque si con los personajillos que ellos han tenido ha hecho tan magníficas películas....¡Qué grandes obras ha perdido el séptimo arte de haber tenido semejantes hombres!

jueves, 1 de marzo de 2007

Ya no hay héroes I

Hace tiempo leí un cuento en el que un militar realiza una buena acción a un viejo que resulta ser un tipo con mucho caracter...un genio o algo por estilo. Agradecido por su generosidad le concede un deseo. El militar, un admirador de los genios estrategas militares le pide conocer al estratega más grande de todos los tiempos. El genio, le pone la mano en el hombro y de repente el militar se encuentra en un lugar desconocido, una calle llena de gente. El militar le interroga: "¿Qué hacemos aquí?", el genio le sonrie y le señala a un hombrecillo que tenían justo delante y en el que el militar ni siquiera se había fijado. Era un pedigüeño que estaba tirado en el suelo. "Te acabo de conceder tu deseo" le dice al militar. "¿Este es el mayor estratega que haya conocido el mundo?". Le preguntó el militar pensando que le estaba tomando el pelo. El genio asintió y le dijo: "Si alguien le hubiera dado la oportunidad, el mundo no se acordaría ahora de Alejandro, Julio César o Napoleón por citar alguno".

Este cuento (o fábula sin moraleja o lo que sea), viene a cuento (valga la redundancia) acerca de la penúltima película de Clint Eastwood, "Baderas de nuestros padres". Una vez terminada pensé dos cosas. Lo primero es que esto de ser héroe parece más bien algo de estar en el sitio adecuado en el momento justo. Y por otro lado, reflexionando sobre conocidas películas (americanas) pensé que es una pena que ultimamente nos estamos olvidando de personajes própios de nuestra histora épica.

No es cuestión de desmerecer o desmitificar actos heroícos que se han producido a lo largo de la historia y que podrían llenar libros enteros, pero sí que es cierto que mientras los ojos del mundo se fijan en una sóla persona, cuántos verdaderos héroes anónimos pasan desapercibidos justamente porque justo en ese momento no hay nadie para contarlo. Y es que da la impresión que el héroe (el personaje heróico) parece más bien un ejercicio de marketing puro y duro.

Visto de esta forma, parece que la figura del héroe no es más que propaganda de doble filo. Por un lado, tener una figura carísmatica de tu lado servía para levantar la moral de los tuyos, al mismo tiempo que para el enemigo era un bajón de moral tener que enfrentarse al héroe.

(Interludio). Me estoy dando cuenta que estoy hablando del "héroe de guerra", cuando en nuestros tiempos tenemos el "héroe deportista", el "héroe estrella del rock", etc. Cuando en realidad el verdadero héroe es el que se levanta cada mañana a las 6 de la matine sin rechistar (o por lo menos murmurando en idomas de imposible traducción, aguanta una caravana de dos horas, es puteado día sí, día también por su jefe y se tiene que tragar lo que verdaderamente piensa de sus compañeros de curro y de los clientes, y luego vuelve a casa (previo paso por otra caravana de más de una hora) y....... mejor me ahorro los detalles de la vida conyugal.

Volviendo al tema que nos ocupa (por lo menos a mí).... Está claro que el principal requisito de un héroe no es realizar un acto heróico, sino más bien que justamente en el momento de realizarlo, haya alguien allí que lo cuente. Pensemos un momento en el famoso Rey David. Sería tan famoso sí justamente en el momento en que le acertó por casualidad al gigantón de Goliath, pasaba por allí uno de los cronistas del "libro más leído del mundo"? Probablemente, no. Es posible que ni siquiera hubiera llegado a rey, mientras en cambio del que lo contó nadie se acuerda.

Uno (de los pocos) que consiguió esquivar el anonimato en esto de narrar gestas fue sin lugar a dudas Homero. Porque, no nos engañemos, la "Iliada" y la "Odisea" no son más que catálogos de propaganda del heroísmo. No creo que se recuerde otra guerra en la que se reunieran tantos héroes juntos (como si fuera un allstar de los tiempos antiguos), Ulises, Ayax I, Héctor, Ayax II, Aquiles..... Aunque éste último es uno de los casos paragdimáticos en los que la propaganda jugó en su contra (también tiene delito llevar armadura en todas partes menos en la que es vulnerable). En otra ocasión hablaré más detalladamente de la guerra de Troya.

No voy a seguir cargándome los mitos de la antiguedad, pero el tema que nos ocupa es que el heroísmo va unido a la propaganda, sin lugar a dudas la propaganda más antigua del mundo. Y lo mejor de todo es que mientras todo el mundo se acuerda del tipo que realiza un acto de estos, nadie se acuerda del que lo cuenta, lo cual me parece muy irónico, ya que el héroe sin el que lo cuenta no sería tal. Pero así es el mundo, mientras unos se llevan las flores, otros caen en el olvido. Y es que todo está mal repartido en esta puñetera vida......

(continuará)