domingo, 25 de febrero de 2007

"A mi la unidad de España me suda...."

No es mi intención que este sea un blog que hable de política. No por miedo a crear polémicas y fuertes enfrentamientos (que posiblemente los habría), como he visto en otros foros, algunos de los cuales cerraron o se plantearon cerrar debido a una agria discusión sobre política.

Sin embargo, como dije en al principio, mi intención era comentar cosas con las que me tropezaba en mi andar cotidiano por estos caminos de Dios (o del Diablo, vete a saber quien fue el autor). Y no he podido esquivar las declaraciones del humorista Pepe Rubianes sobre lo que piensa de la unidad de España.

Hacía tiempo que se hablaba del tema, sacado (in)oportunamente a la luz aprovechando que el mencionado Rubianes está haciendo unos bolos por los madriles presentando una obra teatral. Sin embargo, hasta hace dos semanas no tuve ocasión de escuchar los citados comentarios que provocaron que tanta gente de bien se manifestara en contra de la representación, o en contra del representador, la verdad es que no queda muy claro en contra de quien o qué está toda esa gente.

Centrándome en los comentarios de Rubianes, la verdad es que la primera vez que los escuché sufrí un ataque de risa. Una vez recuperada la compostura (afortunadamente el único testigo de mi hilaridad descontrolada fue mi medio cítrico) lo primero que pensé al respecto es: "Ole tus webs Rubianes". Y no lo digo porque esté o no de acuerdo con sus palabras, o porque quiera ahondar en la herida, sino porque, aunque con un lenguaje muy directo, Rubianes ha expresado lo que pensamos muchos al respecto de los mensajes apocalípticos que a diario nos lanzan a través de las ondas y de la televisión, políticos y medios de cierta y reconocida afiliación política.

La verdad es que puestos a preocuparse por algo me vienen a la mente otros problemas más urgentes y preocupantes. Por ejemplo, a estos señores que salen a la calle reclamando la unidad de España, emulando a Rubianes, da la impresión que se la suda por delante por detrás el hecho que, como siga subiendo el Euríbor, no van a haber suficientes puentes en toda España para acoger a todos los que no puedan pagar la hipoteca. Y eso sin contar a la parejas que tienen que estar unos dos o tres años de más incordiando a suegros y padres porque no les llega para independizarse. Tampoco parece que pierdan el sueño por el hecho que si un día, en la empresa que curro no le salen los números, cierran las puertas y a la calle (puta que la califican algunos), porque con las indemnizaciones que tendría que pagar no llegaría más que para una bolsa de pipas (de tamaño medio). O bien no parecen alarmarse por las preocupantes carencias de base con la que salen de la escuela (pública) los futuros "genios" que van a levantar a nuestro pobre país "desmembrado".

Supongo que es un tema de prioridades. Como parece ser que esta gente tiene cubiertas estas "mundanas" necesidades, sus preocupaciones parecen ser otras mucho más importantes. Tal vez, si una persona de Madrid, para ir a la playa de Alicante, en lugar de pagar 16.35 euros de peaje para recorrer 431 kilómetros (datos sacados de una guia de carreteras por internet), los pagaran al precio "catalán" (contando el tramo de Barcelona a Tarragona 100 km sale a 9.86 euros de peaje, datos sacados de la misma guía), que da como resultado 42,39 euros, se replantearan eso de la unidad de España o de la desunión. Yo en ese aspecto, la verdad es que de separatista nada. Ya que somos un país unido repartamos los gastos y así nos saldrá a todos más barato circular por las autopistas de nuestra gloriosa nación. Vamos, digo yo. Y esto es sólo un botón de muestra.

Es por esto que, ultimamente, cuando veo por la tele a estos señores clamando (o aullando) por cuestiones como la unidad de España, cuestión que por cierto sigue siendo prioritaria a juzgar por la veces que se menciona (sobretodo si la comparamos con otras cuestiones), me vienen a la mente las palabras de Rubianes, y lo cierto es que en el sentido que acabo de explicar estoy totalmente de acuerdo con él.

jueves, 15 de febrero de 2007

Presentaçao. El porqué de tot plegat

No sé si alguien lo ha notado alguna vez, pero he observado que la gran mayoría de los bares/restaurantes de carretera, sobretodo los que están en la entrada o salida de los pueblos, acostumbran a tener un nombres que invitan a la imaginación como "El Frenazo", o el motivo el título de este blog: "El Tropezón".

Uno de los momentos mas hilarantes cuando iba por carretera en compañía de los colegas, era justamente el momento en que pasábamos por delante de un bar con un título similar. Los siguientes 15 minutos eran dedicados a hablar de las posibles "excelencias" del menú, el contenido de sus platos, la higiene del antro en cuestión, la apariencia de sus propietarios y naturalmente la guinda del pastel se la llevaba el estado de los servicios.

A pesar de todas estas elucubraciones, nunca he entrado en un bar como el citado. Y que yo sepa, mis compañeros de bromas tampoco. Es posible que toda esa chanza y prejucios sobre la fama de los bares de carretera hayan impedido que nuestros estómagos hayan disfrutado de la comida de su vida......O no. Pero el caso, es que hasta el día de hoy nunca lo sabremos.

Parafraseando al amigo Forrest (Gump), la vida es como el bar "El Tropezón": te imaginas muchas cosas (casi todas malas) pero nunca llegas a saber realmente como es porque no tienes el valor de entrar a ver.

Es por esto que he escogido este título para mi blog. Porque en contra de lo que decía el buen Machado, más que caminar, tropezamos, y más que andar vamos a trompicones de un lado a otro de un camino que a veces parece que está lleno de baches, a veces está lleno de chinas, o incluso a veces parece que esta sembrado de cagadas salidas del rebaño del mismísimo diablo.

Es por esto que más que entradas en el blog lo que prentendo es publicar tropezones. Comentar determinados asuntos, cosas por las que, a veces, merece la pena detener esa sensación que la vida va cuesta abajo en un coche viejo y sin frenos y escribir unas líneas al respecto.

Tal vez las comparta con alguien que las lea, o tal vez no. En el fondo de lo que se trata es de decidirse a dar un frenazo al coche y entrar en el bar "El Tropezón" a probar su menú y salir de dudas de una vez por todas.